sábado, 8 de agosto de 2009

Arrástrame al Infierno (Drag me to Hell, 2009)


Hoy he ido al cine. Por supuesto he visto Arrástrame al Infierno (Drag me to hell), una película que no es de zombis, pero sí es una película de Sam Raimi, que algunos lo conocen por ser el director de la saga de Spider-man y otros lo conocemos también por ser el director de la trilogía Posesión Infernal (The Evil Dead, 1981).

Es una película espeluznante de principio a fin, cuando crees que estás a salvo en un plano sin importancia, es cuando más se las ingenia para darte otro buen susto. Es una película de terror de la vieja escuela. He disfrutado muchísimo. La recomiendo a los amantes del cine de terror. La película tiene un desarrollo excelente, tiene una trama bien trazada y engancha. Se hace corta, pese a sus casi 2 horas de duración, y los papelones que hacen Alison Lohman y Lorna Raver son dignos de mención.

He salido del cine eufórica, quizás porque sabía lo que me iba a encontrar, un Sam Raimi en estado puro, con sus toques de humor y sus pequeños toques de «asco» sin llegar a ser grosero ni vomitivo y mezcla sabiamente la ciencia con la superstición.

La película no me ha defraudado, sólo alguien como éste director es capaz hacerte sentir un miedo atroz a plena luz del día. Como yo siempre he dicho, los malos no siempre trabajan de noche. Los planos, la iluminación, el guión, todo es perfecto, incluso esos pequeños toques de humor que él es capaz de insertar perfectamente en sus filmes. El final de la película es impactante y terrorífico.

Hay que mencionar que el encargado de los efectos especiales es Greg Nicotero, otro de los grandes del cine de terror, que nos vuelve a impresionar y sorprender en este nuevo filme.

Ah!, se me olvidaba contarte de qué va. Una empleada de un banco recibe una maldición por parte de una gitana a la que le niegan otro aplazamiento de su hipoteca y su casa es embargada. Ahí empieza la semana más dura de Christine.